lunes, 23 de marzo de 2020

LOS CHICOS DEL GORBEA. Alpinismo vagabundo en el Himalaya


Cuando Ángel me propuso viajar a Nepal la siguiente primavera no lo dude, lo cierto es que acababa de regresar del país asiático, pero aun así tenía bastante claro que si los compromisos familiares y laborales me lo permitían volvería. De modo que tras hablarlo con mi pareja Ana enseguida estuvimos de acuerdo, a fin de cuentas era una oportunidad de aprender con Ángel que lleva ya unas cuantas expediciones a sus espaldas. Los tres vivimos en el Pirineo Aragonés, el en Boltaña y nosotros en Benasque, escalamos juntos siempre que podemos, aparte de amistad compartimos la misma filosofía de montaña y ya habíamos firmado alguna apertura en el Pirineo este invierno. De modo que nos embarcamos en la aventura.


Si hay una palabra que define lo que nos gusta hacer esa es "exploración" , salirse del "carril", de los caminos marcados, de las cuerdas fijas e intentar ser lo más autónomos posible ,sin cocinero ni porteadores ni nada. Alpinismo vagabundo, cosa bastante extraña en este valle donde todo son facilidades para los que lo recorren con infinidad de “lodges” “porters” y helicópteros subiendo y bajando constantemente que facilitan mucho el tránsito por estos lugares a aquellos que lo puedan pagar, aquí hay gente por todos los rincones y de todos los rincones pero cuando crees que ya no queda lugar para la aventura y lo desconocido te das cuenta que a poco que salgas de los caminos marcados difícilmente ves a nadie.
Así pues recorremos todo el valle del Khumbu compartiendo el camino con centenares de personas y porteadores, casi todos van al mismo lugar: el campo base del Everest . De este modo y tras unos cuantos días llegamos al pueblo de Lobuche, en medio de una nevada curiosa en un día bastante frio , bueno pueblo es llamarle demasiado. Apenas una docena de “Lodges” agrupados a 4900 metros en la orilla derecha del glaciar Khumbu y bajo la mole del Nuptse. Definitivamente la vida aquí no es fácil, las jornadas se reducen a pasar el día al sol y en cuanto este se esconde a sentarse alrededor de la estufa que quema los secos excrementos de Yak, dejando en el pueblo ese olor tan “característico”.


Desde Lobuche nosotros continuamos como una hora más de camino hacia el campo base del Everest y después giramos a la izquierda, adentrándonos en el glaciar “Changri Nup” primero por un sendero en la morrena y después por el glaciar propiamente dicho. A partir de aquí soledad total. Recorrimos el glaciar en un primer porteo agotador de unas 10 horas hasta el lugar donde colocaríamos el diminuto campo base, apenas un par de minúsculas tiendas ,una cómoda playa de arena con agua disponible, un sitio majo la verdad sobre todo si tenemos en cuenta lo horrible del camino previo con morrenas interminables, absolutamente inestables que hacían de cada paso un suplicio.
Dos días después regresamos, esta vez acompañados por el guía UIAGM Jorge Valle, con quien coincidimos en Lobuche y que amablemente se ofreció a acompañarnos al campo base y ayudarnos a la hora de recoger todo. Nos llamó la atención lo seca que se encuentra la montaña, la verdad que el panorama no era demasiado bueno y con respecto al mes de octubre no hacia tanto frio, pese a que no había demasiado donde elegir , lo cual es una pena por que el valle tiene un potencial enorme, al final localizamos un pico de 6080 metros según los mapas que permanecía virgen, una cima muy estética y puntiaguda. Esa misma noche decidimos partir para la cima, a las 12 sonó el despertador y a la 1 estábamos en marcha en un estilo ligero, muy ligero. Apenas un par de barritas y un par de litros de agua por persona . Pensábamos que la ascensión podía “salir” en el día, un día muy largo, pero un día y así fue.


La ascensión comienza con un gran cono de nieve que poco a poco se va estrechando e inclinando hasta alcanzar los 60 grados, esta pendiente se ve interrumpida por una franja de roca que superamos en un paso de mixto como de M4+ a la derecha, la roca era absolutamente horrible, lajas sueltas adheridas con barro que se desmontaban a la mínima presión donde había que levitar más que escalar ,no demasiado difícil pero absolutamente expuesto. Esto desembocaba en un corredor de nieve horrible, totalmente inconsistente donde te hundías hasta la rodilla e incluso más a cada paso. La nieve daba paso al hielo durísimo y quebradizo , con una fina capa de nieve encima que dificultaba bastante la progresión ,de hasta 80 grados de inclinación que nos dejo en un collado plagado de grietas. Desde aquí nace a nuestra izquierda una arista, muy afilada y aérea , primero nieve luego roca mala, aunque algo mejor con pasos de hasta 6a . Nos llamo la atención las malas condiciones de la nieve, inconsistente y que se hundía hasta la rodilla incluso más. La escalada no es que fuera muy difícil pero si muy precaria.


La cima no la pisamos, como unos 10 metros antes decidimos dar la vuelta, de habernos encaramado a ese pináculo final no teníamos claros haber podido bajar, la verdad es que no nos importó en absoluto, nos comimos toda la tarta salvo la guinda.
La visión desde ahí arriba? Que os voy a contar. Enfrente el Everest, tan cerca que parecía poder tocarlo, a su derecha el Lhotse, detrás de estos el Makalu y si giramos la vista al oeste el Cho Oyu, además del Pumo ri y el Nuptse.Lo cierto es que si te gusta la montaña y te has empapado , como es mi caso, de literatura clásica de montaña, visitar este valle al menos una vez en la vida es casi obligatorio, todos estos lugares que has conformado en tu imaginación a través de relatos y fotografías se presentan ante y piensas….”era verdad, aquí están”.
La bajada fue bastante penosa entre rapeles, algunos bastante precarios que nos hacían contener la respiración, y destrepes , con un calor asfixiante bajo el sol que reblandecía la nieve y te hacia hundirte a veces hasta la cintura a veces hasta el muslo. Así poco a poco entre estacas y bloques lazados llegamos al glaciar de nuevo.
Teníamos pensado un nombre para la cima, ya que es virgen y carece de este pero al no pisarla decidimos guardarlo para otra ocasión. Lo que si hicimos es bautizar la vía con el nombre de “los chicos del Gorbea” en honor a Tasio Martín y su padre Joseba, guardas del refugio del monte Gorbea, subimos a visitarlos al campo base del Ama Dablam donde estaban escalando (ENHORABUENA A LOS DOS!!) y una invitación a Té se convirtió en un “quedaros a comer” y sin darnos cuenta había vino de Rioja en la mesa, entre risas y una conversación que saltaba de la montaña a la política. En fin que gente así ya no abunda. Un abrazo a los dos.
Al final de la aventura nos quedo una línea de 700m 80º M4+ 6a a una cima virgen de 6000 metros, en un estilo supe ligero , en un glaciar remoto y en total autonomía. Exploración y compromiso.
Destacaría dos cosas, por un lado , ya lo he dicho antes lo seco que esta el Himalaya o por lo menos los “seis miles”, no sé si es cosa del cambio climático o simplemente tuvimos mala suerte. Y por otro lado lo caro que resulta el valle del Khumbu , los precios suben de temporada en temporada y hay un par de tasas nuevas que en otoño no se pagaban, en fin supongo que el turismo masivo es lo que trae, el caso es que este valle es mucho más caro que otros. Al final nuestra manera de hacer alpinismo “vagabundo” se convierte en una necesidad además de en nuestra filosofía.
La vuelta fue tremenda, cargando a nuestras espaldas todo el material de dos porteos por aquel caos de bloques que es el glaciar del Changri Nup. 


Parece que poco a poco la temporada de monzones va llegando al Himalaya, casi todas las tardes el cielo descargaba alguna tormenta lo que nos indica que nuestra aventura Nepalí llega a su fin, de este modo vamos deshaciendo el camino pensando ya en próximos proyectos por estas u otras montañas, vamos dejando atrás este mundo de contrastes entre lo más comercial y lo más austero.
SoloClimb, Routesetter, KORDA´S,BlackStrap, Rab, Camp Cassin, Totem cams, Lowe alpine, Kayland, Esportiva Aksa.
Club Peña Guara Huesca, Club Pirineos Zaragoza, Ayto de Boltaña.
Rubén Gómez Pérez.

Articulo publicado en la revista Campobase  Nº178.

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